Hoy referenciamos una entrada verdaderamente interesante y documentada sobre una maravillosa fábrica de harinas, la de Manzanares (Ciudad Real). Vamos a copiar su texto íntegramente, si bien recomendamos acudir al post original donde se incluyen numerosas fotografías sobre esta harinera.
Como ya hemos hecho otras veces, damos nuestro agradecimiento al Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid y a la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid por sus trabajos y su divulgación en el blog http://patrimonioindustrialcoiim.blogspot.com/
Como ya hemos hecho otras veces, damos nuestro agradecimiento al Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid y a la Asociación de Ingenieros Industriales de Madrid por sus trabajos y su divulgación en el blog http://patrimonioindustrialcoiim.blogspot.com/
La Fábrica de Harinas de Manzanares, ejemplo de Patrimonio Industrial en Ciudad Real
Por Francisco Herrera Torrijos, Ingeniero Industrial.
La molturación de cereales, de cara a la fabricación de harina con la que hacer pan, se realizó en el pasado con algún molino de viento, pero principalmente con varios molinos de agua que instalados en el cauce del río Azuer aprovechaban la fuerza de su corriente, durante los meses invernales, para mover las piedras moledoras.
De hecho, D. Manuel Juan López, natural de Enguera (Valencia), que tenía una fábrica de paños y mantas, compró uno de esos molinos harineros junto al río Azuer con movimiento de piedra y cilindros en 1885. Posteriormente, junto a D. Juan Ayala Mira, vecino de Ciudad Real, D. Demetrio y D. Ricardo Ayala, y secundados por D. Bienvenido Carrasco y D. Francisco Mansilla formaron la sociedad Ayala y Juan, que fundó la Fábrica de Harinas de Manzanares, en el año 1900.
Gracias al impulso emprendedor de estas personas y a su iniciativa fueron capaces de crear esta factoría que molturaba casi 60 toneladas de grano al día, siendo la tercera fábrica de España por capacidad en aquella época, constituyendo un orgullo y un simbolismo de progreso para Manzanares.
La fábrica de harinas se sitúo sobre un antiguo huerto junto a la Carretera de Andalucía y haciendo esquina con la calle Fachada del Río. Fue dotada por sus fundadores con la maquinaria más moderna del momento, siguiendo el sistema de transporte neumático Bühler.
El edificio es muy característico de este tipo de factorías, es del estilo denominado ecléptico-historicista y ocupa una superficie de más de 3.000 metros cuadrados. Su fachada es de ladrillo prensado, reforzándose en las esquinas con piedras de sillería.
El impresionante edificio principal de sólida construcción, a base de piedra y ladrillo macizo, consta de tres pisos divididos en seis naves. Las de la derecha, destinadas a trituración y molienda, tenían 35 metros de largo por 12,5 de ancho, y las de la izquierda, de igual ancho y con 11 metros de longitud, estaban dedicadas al proceso de limpieza del grano.
El sistema de limpieza de cereales estaba compuesto por bombos desterradores, eliminadores de paja y elementos ligeros, deschinadoras y separador magnético de partículas metálicas. En esta zona se encontraban también las despuntadoras para quitar el germen, la lavadora de trigo con tizón, una columna secadora y depósitos reguladores donde se acondicionaba el grano dosificándole cierta cantidad de agua para facilitar la molturación, siempre bajo la atenta vigilancia del maestro molinero, cargo que ocupó durante muchos años D. Ruperto Lampaya.
Las operaciones de trituración y molienda se realizaban mediante una serie de rodillos estriados y cilindros lisos que poco a poco iban convirtiendo el polvo las diferentes partes del grano. A continuación de los molinos se encontraban los cernedores o Plansichter, que mediante movimientos vibratorios separaban la sémola (harina), del salvado (cubiertas leñosas del grano), ayudados por cinco sasores, que mediante un sistema de aspiración eliminaban las pequeñas partículas de salvado que hubieran pasado a la harina.
Esta industria que en sus diferentes turnos de trabajo ocupaba a más de 160 trabajadores, entre molineros, transportadores, carpinteros, tejedores, mecánicos, panaderos y oficinas, etc. El personal se distribuía entre dos turnos, el de día y el de noche. Su impacto en la economía de la ciudad debió de ser enorme teniendo en cuenta que su población en esta época no alcanzaría los 10.000 habitantes, siendo actualmente de unos 18.000, cifra que se ha venido manteniendo casi estable en los últimos 50 años. Contaba, como necesario complemento de instalación principal, con enormes almacenes para grano y harina, talleres auxiliares con maquinaria apropiada para pulir o astriar cilindros, y con una panadería propia e la que diariamente se cocían unos 2.000 kilos de pan para abastecer a la localidad.
Como resultado de todo el proceso se obtenían varias calidades de harina panificable, salvados, tercerillas y cuartas empleadas como pienso.
En principio la fábrica estuvo movida por un gran motor de vapor de agua alimentado por tres calderas Alexander, el cual fue sustituido más tarde por un motor Diesel de 150 CV.
Durante la Guerra Civil española la fábrica fue incautada por el Gobierno Republicano y se destruyó parte de la maquinaria, como las calderas que eran de gran valor. Terminada la contienda, la sociedad Ayala y Juan, S.A. volvió a resurgir, comprando nueva maquinaria alemana e inglesa como un motor Siemens que movía la transmisión general y otro Deuz de 150 Hp, movido por gas-oil. Se producían varios tipos de harinas: X-I, X-II, X-III, que se envasaban en sacos de arpillera de 100 kg y más tarde en sacos de papel de 50 kg. En 1945, fueron instalados en uno de los patios varios hornos donde se cocía el pan y se distribuía entre varias tahonas del pueblo.
La fábrica se cerró en 1964, quedando solo el edificio que se vendió en 1977. Actualmente está abandonado, aunque la fachada exterior se mantiene relativamente bien. Éste está incluido en la Lista Roja de la Asociación Hispania Nostra, dedicada a proteger edificaciones históricas de nuestro Patrimonio. También la Asociación Restaura Manzanares lleva varios años reivindicando la preservación y puesta en valor de esta impresionante harinera. Desde este Blog también nos sumamos a estas reivindicaciones dando a conocer su historia y el significado que tuvo para Manzanares y para la industria harinera española.
Por esas fechas se inaguraba y ponía en marcha, en Manzanares, un Polígono Industrial de los denominados de 'descongestión de Madrid', que actualmente alberga a más de 170 empresas, la mayoría pymes, entre las que cabe destacar: Sociedad Española del Acumulador Tudor (antigua Tudor), Suzuki&Manufacturing Spain (componentes del automóvil), Miguel Bellido (complementos y accesorios, con proyección internacional), Vinícola de Castilla (produce vinos con la marca Señoría de Guadianeja entre, otros), Cooperativa Padre Jesús del Perdón (produce vinos de la marca Yuntero y Lazarillos, entre otros).
Agradecer desde este post a Manuel Rodríguez por toda la documentación facilitada sin cuya aportación hubiera sido imposible hacer este artículo. La información sobre el proceso de producción de la fábrica ha sido obtenida del libro 3º de A. Bermúdez, 'El Sector Industrial no Vinícola'.
Gracias al impulso emprendedor de estas personas y a su iniciativa fueron capaces de crear esta factoría que molturaba casi 60 toneladas de grano al día, siendo la tercera fábrica de España por capacidad en aquella época, constituyendo un orgullo y un simbolismo de progreso para Manzanares.
La fábrica de harinas se sitúo sobre un antiguo huerto junto a la Carretera de Andalucía y haciendo esquina con la calle Fachada del Río. Fue dotada por sus fundadores con la maquinaria más moderna del momento, siguiendo el sistema de transporte neumático Bühler.
El edificio es muy característico de este tipo de factorías, es del estilo denominado ecléptico-historicista y ocupa una superficie de más de 3.000 metros cuadrados. Su fachada es de ladrillo prensado, reforzándose en las esquinas con piedras de sillería.
El impresionante edificio principal de sólida construcción, a base de piedra y ladrillo macizo, consta de tres pisos divididos en seis naves. Las de la derecha, destinadas a trituración y molienda, tenían 35 metros de largo por 12,5 de ancho, y las de la izquierda, de igual ancho y con 11 metros de longitud, estaban dedicadas al proceso de limpieza del grano.
El sistema de limpieza de cereales estaba compuesto por bombos desterradores, eliminadores de paja y elementos ligeros, deschinadoras y separador magnético de partículas metálicas. En esta zona se encontraban también las despuntadoras para quitar el germen, la lavadora de trigo con tizón, una columna secadora y depósitos reguladores donde se acondicionaba el grano dosificándole cierta cantidad de agua para facilitar la molturación, siempre bajo la atenta vigilancia del maestro molinero, cargo que ocupó durante muchos años D. Ruperto Lampaya.
Las operaciones de trituración y molienda se realizaban mediante una serie de rodillos estriados y cilindros lisos que poco a poco iban convirtiendo el polvo las diferentes partes del grano. A continuación de los molinos se encontraban los cernedores o Plansichter, que mediante movimientos vibratorios separaban la sémola (harina), del salvado (cubiertas leñosas del grano), ayudados por cinco sasores, que mediante un sistema de aspiración eliminaban las pequeñas partículas de salvado que hubieran pasado a la harina.
Esta industria que en sus diferentes turnos de trabajo ocupaba a más de 160 trabajadores, entre molineros, transportadores, carpinteros, tejedores, mecánicos, panaderos y oficinas, etc. El personal se distribuía entre dos turnos, el de día y el de noche. Su impacto en la economía de la ciudad debió de ser enorme teniendo en cuenta que su población en esta época no alcanzaría los 10.000 habitantes, siendo actualmente de unos 18.000, cifra que se ha venido manteniendo casi estable en los últimos 50 años. Contaba, como necesario complemento de instalación principal, con enormes almacenes para grano y harina, talleres auxiliares con maquinaria apropiada para pulir o astriar cilindros, y con una panadería propia e la que diariamente se cocían unos 2.000 kilos de pan para abastecer a la localidad.
Como resultado de todo el proceso se obtenían varias calidades de harina panificable, salvados, tercerillas y cuartas empleadas como pienso.
En principio la fábrica estuvo movida por un gran motor de vapor de agua alimentado por tres calderas Alexander, el cual fue sustituido más tarde por un motor Diesel de 150 CV.
Durante la Guerra Civil española la fábrica fue incautada por el Gobierno Republicano y se destruyó parte de la maquinaria, como las calderas que eran de gran valor. Terminada la contienda, la sociedad Ayala y Juan, S.A. volvió a resurgir, comprando nueva maquinaria alemana e inglesa como un motor Siemens que movía la transmisión general y otro Deuz de 150 Hp, movido por gas-oil. Se producían varios tipos de harinas: X-I, X-II, X-III, que se envasaban en sacos de arpillera de 100 kg y más tarde en sacos de papel de 50 kg. En 1945, fueron instalados en uno de los patios varios hornos donde se cocía el pan y se distribuía entre varias tahonas del pueblo.
La fábrica se cerró en 1964, quedando solo el edificio que se vendió en 1977. Actualmente está abandonado, aunque la fachada exterior se mantiene relativamente bien. Éste está incluido en la Lista Roja de la Asociación Hispania Nostra, dedicada a proteger edificaciones históricas de nuestro Patrimonio. También la Asociación Restaura Manzanares lleva varios años reivindicando la preservación y puesta en valor de esta impresionante harinera. Desde este Blog también nos sumamos a estas reivindicaciones dando a conocer su historia y el significado que tuvo para Manzanares y para la industria harinera española.
Por esas fechas se inaguraba y ponía en marcha, en Manzanares, un Polígono Industrial de los denominados de 'descongestión de Madrid', que actualmente alberga a más de 170 empresas, la mayoría pymes, entre las que cabe destacar: Sociedad Española del Acumulador Tudor (antigua Tudor), Suzuki&Manufacturing Spain (componentes del automóvil), Miguel Bellido (complementos y accesorios, con proyección internacional), Vinícola de Castilla (produce vinos con la marca Señoría de Guadianeja entre, otros), Cooperativa Padre Jesús del Perdón (produce vinos de la marca Yuntero y Lazarillos, entre otros).
Agradecer desde este post a Manuel Rodríguez por toda la documentación facilitada sin cuya aportación hubiera sido imposible hacer este artículo. La información sobre el proceso de producción de la fábrica ha sido obtenida del libro 3º de A. Bermúdez, 'El Sector Industrial no Vinícola'.
2 comentarios:
Manzanares el Real (Madrid) y Manzanares (Ciudad Real) son dos pueblos totalmente distintos.
Muchas gracias por la acertada apreciación. Por error confundimos la localidad en nuestro texto introductorio, no así en el título.
Ya lo hemos subsanado.
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