
De aquella feroz lucha entre alemanes y rusos, nazis y soviéticos para ser más exactos, en la que se estima que pudieron morir unos 2 millones de personas, sólo quedaron en pie restos de un 10% de la ciudad donde tuvo lugar. Tras la reconstrucción, hoy sólo quedan en Volgogrado algunas ruinas, correspondiendo las más impresionantes a una antigua fábrica de harinas. Se han querido dejar como testimonio de la destrucción causada por la batalla, y junto a la harinera semiderruida se ha levantado un museo que recuerda aquel acontecimiento histórico.

El lugar del molino o fábrica de harinas, junto a la orilla del río Volga, fue un importante punto de defensa de la 13ª División de Fusileros de la Guardia del General Rodimtseva en septiembre de 1942.

La fábrica de harinas que nos ocupa fue construida en el año 1903 por iniciativa de tres hermanos, curiosamente de origen alemán, los Hergert. Esto no fue una excepción, ya que otras familias germanas levantaron industrias agroalimentarias en la región del Volga ya desde el siglo XIX, destacando los Schmidt, los Reineke o los Borel, entre otros.
Como puede observarse, los muros exteriores del edificio se levantaron en ladrillo y junto a él se erigía una gran chimenea del mismo material, que atestigua la energía que movía sus máquinas, el vapor.

Tras la Revolución Rusa, como tantas otras esta fábrica fue nacionalizada, recibiendo entonces el nombre bolchevique KN Grudinina: Мельница Грудинина. La harinera trabajó hasta el 14 de septiembre 1942, cuando en plena Batalla de Stalingrado recibió el impacto y la deflagración de una gran bomba de alto poder explosivo.
Fuentes:
http://panorama.volgadmin.ru/
http://weburbanist.com/2009/10/25/war-and-pieces-9-preserved-bombed-out-wwii-buildings/?ref=search
http://cvgs.cu-portland.edu/industry.html
http://www.vashka.ru/gorod/?news=38169
http://www.imesta.ru/places/show/227/