Nos preguntamos si la nueva zona urbana no requiere ningún centro público, pudiéndose adaptar para él alguno de los edificios industriales que se van a demoler.
La noticia la cuenta hoy así Isabel García Macías, en el Heraldo de Aragón, con fotografía de R. Gobantes:
El Ayuntamiento ordena el derribo de las dos harineras al cumplirse el plazo del convenio
La operación harineras, que empezó hace más de 20 años y terminará con la urbanización del polígono para construir 1.300 viviendas, está a punto de dar un nuevo y definitivo paso. El domingo se cumple el plazo fijado en el convenio que hace dos años firmaron el Ayuntamiento de Huesca y los propietarios de las ocho hectáreas de suelo para que las dos fábricas de harinas queden listas para su demolición.
El Ayuntamiento quiere que se cumplan sin demora los tiempos establecidos en el acuerdo, lo que conllevaría que la ciudad celebre las próximas fiestas de San Lorenzo con una nueva imagen. El perfil urbano de Huesca perderá dos grandes hitos en forma de silos que marcan la ubicación de las dos fábricas, Porta y Villamayor, instaladas aquí hace más de 60 años. El derribo se considera una parte de los gastos de urbanización (más de 50 millones) y correrá a cargo de la junta gestora.
Hace tiempo que las dos factorías trasladaron su actividad, pero será ahora cuando sus dueños las pongan a disposición de la junta de compensación, que debe llevar a cabo su derribo en el máximo de seis meses. El plazo termina en septiembre, pero el Ayuntamiento no está dispuesto a esperar tanto. Según ha confirmado el alcalde, Luis Felipe, se ordenará a la junta la demolición de los dos edificios fabriles en cuanto la entrega de los mismos sea efectiva.
Estos plazos solo rigen para las dos harineras, ya que las cinco pequeñas empresas instaladas en este polígono disponen de otros tres años para salir, según el acuerdo al que llegaron los propietarios de los negocios con los promotores. Las pymes argumentaron que su salida podía demorarse hasta que empezaran las obras de urbanización, que se han pospuesto hasta finales de 2014 debido a la crisis.
La reurbanización del conjunto de las harineras, en pleno centro de Huesca, ha estado marcada por las desavenencias entre el Ayuntamiento y los promotores; el Ayuntamiento y Renfe, y los pequeños y grandes propietarios. Desde principios de la década de los noventa quedó claro que las fábricas tenían que trasladarse de su emplazamiento porque la zona, que a mediados del siglo XX estaba en las afueras, quedó envuelta por el desarrollo urbanístico. Las conversaciones entre los empresarios y los responsables municipales comenzaron en 2004, en plena eclosión del mercado inmobiliario.
El Ayuntamiento encargó diferentes estudios urbanísticos y financieros para determinar el desarrollo de una operación millonaria. Las cuentas para urbanizar y pagar los más de 30 millones de indemnización a las harineras, a los pequeños propietarios de suelo y a las pymes solo salían si en esas ocho hectáreas se levantaban 1.300 viviendas. Esta construcción supone que en 80.000 metros cuadrados se podrán alzar casi el mismo número de pisos que junto a la avenida de Monegros, con 20 hectáreas.
En medio de las negociaciones se produjo el desgraciado accidente de Harinas Porta, que causó la muerte de cinco personas. La explosión fue clave en el futuro de la fábrica, que reparó los daños producidos por la explosión y continuó funcionando aunque con la vista en Daroca y Tauste, donde se trasladó la actividad al integrarse en el grupo Nutrigal.
Las indemnizaciones. José Porta, consejero delegado de la empresa, explicó que el 30 de noviembre de 2009 fue el último día que se trabajó en la harinera. A las fábricas de Zaragoza se trasladó el personal y la maquinaria de Porta, que al no reinvertir en Huesca o la comarca no cobrará los 4 millones de la indemnización por traslado. Sí recibirá de la junta de compensación, de la que forma parte con 13.000 metros de suelo, 12,7 millones como indemnización por dejar sin uso los edificios e instalaciones.
Harinas Villamayor, que desde junio de 2010, está en la fábrica construida en Plasencia del Monte, cerca de Huesca, vendió el suelo y los edificios a Cosarsa (promotor). A Villamayor, con una superficie de unos 10.000 metros cuadrados, le correspondía una indemnización de 15,6 millones de euros, cuatro de ellos por mantener los 75 puestos de trabajo.
La urbanización. Para encajar 1.300 viviendas en el espacio disponible los arquitectos han diseñado dos torres de 17 alturas, cuatro bloques de 15 plantas y varios edificios entre nueve y cuatro alturas.
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