El pasado 27 de agosto participamos en una charla-coloquio en la localidad leonesa de Villanueva de las Manzanas, dentro de las actividades programadas en la III Semana Cultural organizada por la Asociación Cultural y la Junta Vecinal de la villa.
Tras agradecer la convocatoria de dichos actos y el interés mostrado hacia los molinos y cauces históricos que existían en el entorno, así como la asistencia de un buen número de amigos y vecinos de la zona, algunos de ellos molineros y dueños de molinos en la ribera del Esla, pasamos a relatar brevemente la historia de antigua presa llamada de Rodrigo Abril y San Marcos, histórico cauce que desapareció con las concentraciones parcelarias en la década de 1980.
Nos situamos en la ribera del Río Esla, concretamente en su curso medio y en la margen izquierda, entre los municipios de Villanueva de las Manzanas y Valencia de Don Juan, pasando por los de Campo de Villavidel, Cabreros del Río y Fresno de la Vega.
Casi con toda seguridad, la presa existía ya en el siglo X, pues en la venta de Villanueva que hacen dos diáconos al obispo Velasco en el año 967, por 300 sueldos en paños y plata, se menciona literalmente que dicha heredad contaba con molinas cum suis aquaductis.
Hacia el siglo XIII, esta presa comienza a llamarse de Rodrigo Abril, importante personaje cuya vida se desarrolló en la segunda mitad del siglo XII y el inicio del XIII, y que dio nombre a la propia Villanueva de Rodrigo Abril desde 1275 hasta el siglo XVII en que se fija ya el actual determinante “de las Manzanas”.
Hasta el siglo XIV la presa nacía en Villacelama (puerto o azud cerca del molino actual) y discurría por Villanueva y Palanquinos, donde devolvía sus aguas al río Esla. Los molinos de Villanueva y Palanquinos pertenecían a la Catedral de León, cuyos beneficios asignaba concretamente al Hospital de San Antonio, situado en la capital, junto a la parroquia de San Marcelo.
Posteriormente, los canónigos de San Marcos de León, señores de Villavidel, observaron la utilidad que podían dar a las aguas que, habiendo movido los rodeznos del molino de Palanquinos, eran devueltas al río. Así, solicitaron la prolongación de la presa hasta sus dominios, estableciendo un molino en Villavidel desde el cual harían desaguar las aguas en el Esla. Por ello a esta extensión se llamó Presa de San Marcos, a diferencia del primer tramo que quedó como Presa de Rodrigo Abril.
El Conde de Valencia, dueño de las villas de Campo, Cabreros y Fresno, hace las gestiones para extender la presa de San Marcos hasta sus dominios y posibilitar el establecimiento de molinos. En 1515 se toma acuerdo de llevar la presa hasta Fresno, lo que no se materializará hasta 1542, y posteriormente una nueva ampliación la lleva hasta Valencia de Don Juan, pasando por Cabañas.
A lo largo de la historia de la Presa de Rodrigo Abril y San Marcos destacó su aprovechamiento para el riego de la fértil vega del Esla, así como para dar movimiento a varios artefactos industriales, a saber: molinos (Villanueva, Palanquinos, Villavidel, Campo, Cabreros (2), Fresno (2), Valencia), batanes (Villanueva, Palanquinos), fábricas de luz (Villanueva, Valencia), molinos de linaza (Fresno), sierras mecánicas (Villanueva), fábricas de harinas (Palanquinos).
El molino de Villanueva de las Manzanas
Por estar en Villanueva de las Manzanas hablamos más extensamente de su molino. Sus referencias documentales se remontan al siglo X (año 967), adquirido por el obispo de León. Antes del siglo XIV ya tenía seis parejas de muelas y pertenecía concretamente al Hospital de San Antonio de León, dependiente del Cabildo catedralicio. Su ubicación se sigue hoy denominando “El Palacio” en referencia a las posesiones que allí tuvo la Catedral de León.
En el año 1462 tenemos noticia del hecho más curioso relativo a la presa y sus molinos. Dicen los pleitos que entonces varios vecinos de Palanquinos robaron la rueda del molino y varios mazos del pisón que la Catedral de León tenía en Villanueva, con lo que podemos remontar hasta entonces la rivalidad entre dichos pueblos, con origen en los propios molinos pues el disfrute del agua de las presas siempre daba lugar a enfrentamientos en todos los cauces.
Resumiendo mucho, diremos que la Catedral lo seguía arrendando en 1806, cuando lo hizo a favor de una molinera de Villanueva de las Manzanas llamada Ana González. A finales de dicha centuria o comienzos del siglo XX debió construirse el enorme molino cuyos restos se conservan en la actualidad, donde además de molerse el cereal existió un aserradero de madera y una fábrica de luz que en 1935 suministraba a 8 localidades: Palanquinos, Villarroañe, Vega de Infanzones, Grulleros, Valdesoto, Torneros, Sotico y la propia Villanueva de las Manzanas.
En la década de los noventa, ya sin uso, el molino sufrió un incendio que lo destruyó casi por completo, quedando las imponentes ruinas que actualmente pueden observarse.
El coloquio posterior estuvo muy animado, con muchas aportaciones por parte de los asistentes sobre sus recuerdos, vivencias y experiencias relacionadas con los molinos y la antigua presa, origen de duros trabajos (limpia y composición del puerto, del cauce principal y de las madrices) pero también de grandes diversiones (baños en verano, pesca…).
Para más información: REVILLA CASADO, Javier (2010): "Los molinos de la margen izquierda del río Esla sobre la Presa de Rodrigo Abril y San Marcos" en las actas del 7 Congreso Internacional de Molinología: “La defensa de nuestro patrimonio”, organizado por ACEM y la Universidad de Salamanca, celebrado en Zamora del 18 al 20 de marzo de 2010.
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